El monasterio, que había sido utilizado como hospital desde 1841 y quedó muy destruido en la Segunda Guerra Mundial, fue objeto de numerosas medidas de reconstrucción en el transcurso de la posguerra, a consecuencia de las cuales el conjunto de edificios existentes quedó muy deformado y sólo quedaban visibles algunas partes del tejido histórico del edificio. Según un diseño de David Chipperfield Architects, los antiguos componentes del monasterio -la capilla, el claustro, el ala oriental del edificio y las bodegas históricas- se descubrieron e integraron en el concepto arquitectónico global.

Los nuevos edificios, con sus fachadas lineales racionalistas, siguen ahora la lógica estructural del antiguo complejo del monasterio y forman un eficaz contraste con la antigua fábrica de ladrillo. Los visitantes de los Jacoby Studios acceden al complejo por la histórica puerta de entrada y la antigua capilla y atraviesan un patio hasta el vestíbulo de la sede, de dos plantas e inundado de luz, que se ha empotrado entre los muros de la antigua sacristía.